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miércoles, 23 de marzo de 2011

Querido hijo:


Mientras vivas en esta casa obedecerás las reglas de esta casa. Cuando tengas tu casa harás y obedecerás tus propias reglas. Aquí no gobierna la democracia, no hice campaña electoral para ser tu padre: tú no votaste por mí. Somos padre e hijo por la gracia de Dios, y yo acepto respetuosamente el privilegio y la responsabilidad. Al aceptarla adquiero la obligación de desempeñar el papel de padre.
No soy tu pana, nuestras edades son muy diferentes. Podemos compartir muchas cosas pero no somos compañeros. Soy tu padre ¡Y eso es cien veces más que un amigo!.
 
También soy tu amigo, pero estamos en niveles completamente distintos. En esta casa harás lo que yo diga y no debes cuestionarme porque todo lo que yo haga estará motivado por el amor. Te será difícil comprenderlo hasta que tengas un hijo, mientras tanto confía en mí.
Atte:Tu Padre

 
GRAN PARTE DEL PROBLEMA QUE ESTAMOS VIVIENDO ES GRACIAS A TANTO PAPÁ CHEVERE, BUEN DATO. ACOLITADOR 

Qué es lo que nos hace suponer que alguien más tiene la responsabilidad de cuidar de nuestros hijos, si nosotros, que se supone que somos los que más los amamos, no queremos tomar esa responsabilidad? 
 
Es ridículo ver esas mesas redondas, en las cuales funcionarios públicos, dueños de bares y discotecas, miembros de comités ciudadanos y medios de comunicación se culpan unos a otros por algo que no es más que falta de responsabilidad de nosotros los padres.
   
Que si en los bares venden alcohol a menores; que si los agentes de tránsito reciben sobornos, que si no cierran estos lugares a la hora señalada, que los jóvenes salen de estos lugares "totalmente borrachos".

¿Pero en dónde están los padres del menor que tomó más de la cuenta? ¿Quién lo recibe en su casa a esas horas y en ese estado? ¿Quién le dio el dinero para entrar en el bar, para el alcohol y para el soborno? ¿Dónde están los padres que le dieron el carro a un menor que no es capaz de hacerse responsable y maneja aunque esté tomado?
 
En qué piensan los padres de esos jóvenes que salen de su casa a las 11 de la noche, habiendo empezado a tomar desde la tarde, "en una reunión con unos amigos?"
 
¿Y qué están pensando los padres de la jovencita de 16 ó 17 años, que va "POR ALLÍ" con  fulanita y con la mamá de fulanita, SIN QUERER enterarse de que esa mamá ni siquiera conoce a tu hija y menos aún, está enterada de esos planes?
 
Por qué queremos pasarles la responsabilidad de decidir en manos de quién ponen su vida si todavía no son capaces de decidir de qué color pintarse el pelo, hoy con rayitos, mañana mejor negro.
 
Por qué les damos permiso a nuestras hijas de irse a dormir después de la disco a casa de una amiga y les cargamos la responsabilidad de llevarlas a los novios de 19 ó 20 años, quién sabe a qué hora y no sabemos ni cómo, pues puede ser que tome de más.
 
¿Por qué queremos creer que son maduros y responsables si nosotros mismos no lo estamos siendo? Nos volvemos ciegos a los peligros, por comodidad, nos hacemos los "buena GENTE, LOS CHEVERES,LOS BUEN DATO", "es que yo sí le tengo confianza a mi hija".

Lo que tenemos es miedo y flojera, no queremos actuar como padres.

Nuestros hijos no necesitan que seamos sus amigos... Ellos ya tienen un montón de amigos, de su edad.
 
    Nuestros hijos necesitan padres valientes y responsables, que fundamenten principios básicos, que sean CONSTANTES, que sean ESTABLES, que pongan reglas y luego estén ahí para ver que se cumplan.
 
Lo mejor que espero de mi hijo es que diga "Papá era de confiar. Cuando decía algo, lo cumplía. Era constante y me dió estabilidad emocional.".
 
¿Cómo va a depender la seguridad de mi hijo del barman de un antro? o del agente de tránsito, o si dueño de la disco no cumple la ley y cierra a las 6:00 a.m. en lugar de a las 3:00 a.m.?

Sí debería haber un horario, "pero el que los padres pongan en su casa" independientemente de la hora que cierren los antros. 
  
¿De qué tenemos miedo, Papás?
¿Por qué no podemos poner reglas?
¿Por qué no podemos exigir que se cumplan?
¿Por qué abandonamos a nuestros hijos en busca de nuestras propias comodidades?
Si los jóvenes no necesitaran guía, si no necesitaran límites, ni autoridad a quién respetar...no existiríamos los padres. 
Se nos encomendó una misión muy especial, la más grande: hacer libres a nuestros hijos, hacerlos responsables y enseñarlos a volar por su propia cuenta y es a nosotros a quien se nos pedirá cuentas por ellos; no al dueño del bar, ni al amigo de nuestro hijo que iba conduciendo borracho cuando chocaron, ni al novio que se está luciendo de lo rápido que maneja y lo bien que "controla" el auto aún estando borracho, ni al policía, ni al maestro...¡a nadie más!
  
Nunca, nadie podrá hacer que nuestros hijos regresen a casa a tiempo y a salvo, si nosotros no podemos hacerlo. No existe ley, ni horario, ni funcionario capaz de hacer por nuestros hijos, lo que nosotros no queremos hacer.

SOCIEDAD ECUATORIANA DE VERDADEROS PADRES QUE AMAMOS A NUESTROS HIJOS Y NO NOS IMPORTA QUE NOS DIGAN "ODIOSOS".

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