Powered By Blogger

miércoles, 16 de marzo de 2011

Opinión - Sexo nomás

Miércoles, 16 de Marzo de 2011
Por : Daniel Marquez Soárez
Cada sábado en su enlace radial, el presidente Rafael Correa plantea el tema que le da la gana, pertinente o no, y todo el mundo le sigue el paso. Muchas veces, estas masivas histerias retóricas que se desatan ante las ocurrencias presidenciales evidencian algunas de las manías que, como sociedad, nos aquejan.

Fue justamente eso lo que sucedió estas últimas semanas a raíz del culebrón de condones, pastillas anticonceptivas, lujuria adolescente, madres solteras y un largo etcétera sobre el que el país puso sus ojos. Lo civilizado hubiese sido que el debate se centrara en aquello que compete a la política y el interés público: el impacto, real o no, de los embarazos no deseados y las madres jóvenes en el desarrollo, el bienestar social y la pobreza.

No obstante, para variar, terminó yéndose a cuestiones como promiscuidad, sexo prematrimonial o iniciación sexual; temas que pertenecen a un ámbito diferente, pero que, en una sociedad de braguetas pujantes y oprimidas como la nuestra, siempre están al orden del día.

Los ecuatorianos mantenemos una fijación con el sexo. Le damos más importancia de la que tiene. Apenas nos dan chance, ya se vio en la Asamblea Constituyente en Montecristi, nos ponemos a hablar de ello con el más grande apasionamiento, sea a favor o en contra. Hablamos de la alcoba con la misma envidia y esperanza que un pobre habla del dinero.

Es cierto que el sexo es y siempre será una fuerza impresionante. Es capaz de derrumbar imperios, unir culturas, alegrar al desgraciado, conquistar fortunas, enloquecer al cuerdo o reducir a seres brillantes a condición de niños o animales; muchas veces conlleva una vorágine de dolorosísimos celos, lujuria insaciable, adicción que consume o nociva curiosidad.

Sin embargo, ni siquiera así se justifica que un país tan lleno de problemas como el nuestro le dé, en el campo público, tal trascendencia. Podrá ser un problema moral, pero hay que estar enfermo para poner ese vicio a la altura de mentir, robar, matar, traficar, coimar y otras prácticas que, esas sí, han terminado pudriendo al país.

dmarquez@lahora.com.ect

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.