Desde hace semanas varios de los periodistas que están sometidos a juicio por el presidente Correa o que fueron a Washington a dar a conocer en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) los atropellos y persecución que sufren ellos mismos y no pocos de sus colegas, han denunciado amenazas contra su vida y la de sus familiares.
Esto encendió las alarmas en los medios y en la opinión pública.
En un caso la amenaza se tradujo en un asalto, lo que devino en una advertencia no sólo contundente, sino peligrosa. Pero el asunto fue a mayores cuando miembros de la familia Roldós, una de las más prestigiosas del Ecuador y que no ocultan su oposición al Régimen, sufrieron asaltos de supuesto delincuentes. ¿Será cierto que se ejecutan acciones para devolvernos la seguridad ciudadana?
Para no ser menos varios funcionarios del oficialismo, entre ellos el propio presidente Correa y el Presidente de la Asamblea Nacional, informaron por diferentes vías que ellos también habían sido objeto de amenazas semejantes. Era como decirle a los que denunciaron estos hechos antes que ellos y desde el otro lado de la calle, que no tenían por qué quejarse, que en materia de amenazas había un empate.
Ahora se anuncia, desde Carondelet, que se abrirá una investigación al respecto. Desde luego, comienza con las amenazas al Presidente. El resto de los perjudicados deberá esperar, en definitiva no tienen tanta relevancia para la Revolución Ciudadana. En fin, parece que hay algún grupo de fanáticos, que quieren conducir al país a una sangrienta lucha fratricida.
La democracia exige que los derechos políticos y de las minorías se resguarden.- Nelson Mandela.
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