Publicado el 22/Noviembre/2011 | 00:13
Opinión de Diario HOY
Prosigue la tendencia expansiva del gasto público que ha caracterizado el manejo económico en los casi cinco años del actual Gobierno.
El Observatorio de la Política Fiscal ha hecho notar que el gasto de $20 152 millones contemplado en la Proforma del Presupuesto de 2012, que tuvo ya luz verde la semana pasada con los votos del oficialismo en la Comisión de Desarrollo Económico y Social de la Asamblea, aumentará en un 17% en relación con la ejecución presupuestaria estimada a diciembre de este año.
Por consiguiente, se trata de aumento porcentual más de tres veces por encima del incremento del PIB del 5,35%, uno de los supuestos bajo los cuales se calculó la previsión fiscal para 2012. Otro es la inflación anual del 5,1%. Es decir, según señala el Observatorio, es una evolución del gasto por encima del crecimiento de la economía y la inflación.
Solo el gasto corriente llega a $12 212 millones; el Observatorio Fiscal hace notar también que, si se "agregan el incluido en las transferencias realizadas a los GAD (gobiernos autónomos descentralizados) y los gastos sociales considerados inversión, los gastos corrientes reales superan los $15 000 millones, una cifra que no se cubre con tributos por $10 362 millones y petróleo por $3 915 millones".
Aunque resulte menor frente a la suma de sueldos, subsidios y viáticos, que representa la tajada mayor del gasto, sorprende la cifra de $295 millones en la Proforma para publicidad bajo el amplio paraguas de difusión, información, promoción y publicidad: gasto de edición, impresión, reproducción y publicaciones, espectáculos culturales y sociales; eventos públicos y materiales de impresión; esta cifra, según observa el asambleísta Rafael Dávila, multiplica casi por cinco la suma destinada a ese rubro en 2011.
El crecimiento desproporcionado del gasto público ha llevado a las más graves crisis a la economía de algunos de los países europeos. ¿No es obvio sacar lecciones casa adentro de esas experiencias?
Difícilmente encontraréis entre los talentos científicos más profundos, uno solo que carezca de un sentimiento religioso propio.- Albert Einstein.
ResponderEliminar