Desconocidos

Sublime es el tormento cuando en verdad se quiere,

luciendo entre los labios un rictus de dolor;

ese tormento sufro, pues tu querer se muere;

mujer sin sentimientos, tirana de mi amor.

En un rincón del mundo formar yo quise un nido,

para alegrar tu vida al son de mi laúd;

mis sueños se esfumaron y el soplo del olvido,

arrebató de mi alma la paz y la quietud.

Talvez no comprendiste la sencillez de mi alma,

por eso despiadada te alejaste hoy de mí;

bien sé que todo es tarde pues yo perdi la calma,

desde el aciago instante que tu querer perdí.

Iremos por el mundo cual dos desconocidos,

tú lejos de mi vera tratando de olvidar,

el inefable encanto de los instantes idos,

y yo buscando en pecho donde poder llora   

De: Carlos Solís Morán - Ecuatoriano