Opinión - Simón Bolívar
Sábado, 17 de diciembre de 2011
Hoy se conmemora la muerte de Simón Bolívar, militar y político sudamericano de origen venezolano, presidente de Venezuela (1819) y creador de la República de la Gran Colombia (1819-1830). Desde 1813 fue el máximo conductor de la emancipación de Sudamérica frente al poder colonial español, por lo que es conocido como el Libertador.
Contribuyó de manera decisiva a la independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela. Su pensamiento sobre una América Latina unida y fraterna está vigente.
En la Quinta San Pedro Alejandrino, cerca de Santa Marta (Colombia), a la una de la tarde dejó de existir el genio de la libertad. La propiedad pertenecía al español Joaquín de Mier. Bolívar recibió de manos del cura de la aldea de Mamatoco los Santos Sacramentos.
Después de liberar a millones de la comunidad andina, estuvo solo en su último instante. Bajo la sombra de dos frondosos árboles de tamarindo, exclamó amargamente: “Jesucristo, don Quijote y yo hemos sido los más insignes majaderos de este mundo”
Entre sus frases célebres se destaca: “La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino”. Al ver que este propósito no se cumplió del todo, dijo: “He arado en el mar y sembrado en la arena”.
Simón Bolívar, compromiso de redención humana, ejemplo de sacrificio y desinterés. Recordarle implica reconocer una deuda y la obligación de poner en práctica su pensamiento. Si su vida fue de siembra, su muerte es antorcha que arde en el espíritu de los americanos dignos y libres.
Los hombres cierran el paso a los que no se les encorvan.- José Martí.
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