Opinión - Silencio sospechoso - Martes, 26 de Julio de 2011
Debería discutirse en la Asamblea Nacional la calidad moral de los políticos de nuevo tipo que abundan en nuestras tierras. A algunas personas se les excusa de ciertas presunciones de delito, de conductas agresivas, difamación e insultos a sus adversarios a través de los medios masivos de comunicación, siempre que lo desean. Sobre otras cae el peso del aparato represivo del Estado y hasta se los encausa legalmente.
Hay escasez de actos nobles, heroicos, desinteresados. Los que se dicen tales están faltos de una investigación apropiada e imparcial que los certifique. No faltan quienes quieran hacerse pasar por abanderados del “bien”. Son los hacedores de la historia a su manera, que se victimizan y actúan papeles con los que hipnotizan a una galería dispuesta a dejarse hipnotizar.
Según los detentadores del Poder, también están los que cometen actos infames, egoístas. Los así clasificados pocas veces tienen la oportunidad de demostrar su inocencia o su rectitud moral. Hay casos ante los cuales los “hacedores del bien”, aquellos que escriben una “nueva historia de redención”, exhiben un silencio sospechoso.
Acosar y amenazar a una mujer indefensa con un niño en brazos, por pensar diferente y proclamarlo, ¿es moral o inmoral? Lanzar huevos y amedrentar a un ciudadano, porque se le acusa de un supuesto delito, ¿es lícito, moralmente hablando? Es curioso: esos “defensores del bien común” que protagonizaron tales desafueros dicen haber recibido una formación cristiana y hasta cívica, según su propia confesión. Diario La Hora
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