Cada año es como el capítulo de
un libro. Cierra una historia y da la oportunidad para una nueva experiencia,
muchos no logran escribir nuevas historias en su vida porque sencillamente les
cuesta cerrar capítulos anteriores. El año nuevo es una época para analizar el
logro de nuestras metas y no volver a recaer en los viejos patrones de nuestro
comportamiento, este año debemos tener una mejor actitud que nos ayude a tener
más éxito en la realización de nuestros sueños, olvidándonos de los malos
recuerdos y recordando aquellos buenos momentos que impulsaron nuestro
crecimiento. Pero por lo general pasamos nuestro tiempo recordando muchos
sentimientos que nos hizo mucho daño, revivimos momentos dolorosos, de penas y
aflicciones, que a menudo nos hacen tener sentimientos de ira, odio, venganza,
remordimiento y otras ideas negativas. El tiempo se desperdicia al revivir lo
pasado en vez de avanzar para llevar a cabo nuestros planes futuros. Debemos
olvidar los malos momentos tal como el profesor limpia la pizarra para empezar
de nuevo, así debe suceder con nuestras vidas en este año venidero, teniendo en
nuestro pensamiento los momentos felices que nos ayudaran a conseguir un mejor
futuro. Cuando tenemos una herida, debemos dejar que sane sola, si nos pasamos
tocándola, la reabrimos y la empeoramos; igualmente si tenemos heridas de
errores pasados o de trastornos emocionales, traerlas de nuevo a nuestra mente
es mantener fresca la herida, si queremos sanarlas debemos olvidarnos de ellas.
Si el año pasado, vivimos
envueltos en una loca carrera, sin saber a dónde íbamos, es tiempo de hacer un
alto en nuestras vidas y empecemos a ordenarnos, pongamos orden a nuestras
vidas, buscando el lugar que nos corresponde, “un lugar para cada cosa y que
cada cosa este en su lugar” Si no hemos vivido a la altura de nuestras virtudes
éticas en el pasado, si estamos arrastrando trastornos emocionales que alteran
nuestro comportamiento, olvidemos todo aquello y empecemos a llevar una vida de
no violencia, veracidad, castidad, humildad y servicio desinteresado. Si
abrigamos algún rencor contra alguien, olvidémonos de eso y empecemos con
borrón y cuenta nueva con esa relación. Borremos toda negatividad, ira y
heridas del pasado y empecemos un año nuevo, con planes de vida basados en una
cultura ética, de paz y amor que nos permitan alcanzar nuestras metas más
cercanas y que nos ayuden cada día a ser mejores cristianos, que nos ayuden a
vivir como hermanos, vale decir como auténticos hijos del Dios vivo que todo lo
ve, que todo lo puede y que está presente en cada instante de nuestras vidas.
FELIZ NAVIDAD Y UN BUEN AÑO
2013.
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