
Un día se dio cuenta de que al lado de ella siempre se colocaba un sapo grande y oscuro, motivo por el que nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo descubierto, le ordenó al sapo que se fuera de inmediato. El sapo muy obediente le dijo: Está bien, me marcho si así lo quieres.
Poco tiempo después, el sapo pasó por donde estaba la rosa y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos. Le dijo entonces:
- Te veo francamente mal. ¿Que te pasó?
La rosa contestó:
-Es que desde que te fuiste, las hormigas me han comido día a día y nunca he podido volver a ser igual.
El sapo sólo contestó: ¡Pues claro! Cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre
eras la más bella del jardín.
Moraleja: Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos, más bellos o simplemente que no nos "sirven" para nada. Dios no hace a nadie para que esté de sobra en este mundo. Todos tenemos algo especial que hacer, algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que esa persona nos esté haciendo un bien del cual ni siquiera seamos conscientes.
eras la más bella del jardín.
Moraleja: Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos, más bellos o simplemente que no nos "sirven" para nada. Dios no hace a nadie para que esté de sobra en este mundo. Todos tenemos algo especial que hacer, algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que esa persona nos esté haciendo un bien del cual ni siquiera seamos conscientes.
Cunado pensenmos que las personas no sirven para "nada" preguntemonos:
- ¿Que seria de mi sin esa persona?
En vez de estar pensando en los momentos, cuando alguna persona nos ha hecho algo malo fijemonos en los buenos momentos.
Y lo mas importante no fijarse en los defectos de una persona sino en sus buenas cualidades.
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