OPINIÓN - Crisis universitaria - Jueves, 21 de Marzo de 2013
Coincidiendo con el aniversario 187 de su fundación republicana, la Universidad Central, representada por sus autoridades, profesores y estudiantes, protagonizó una marcha hasta el Consejo de Educación Superior (CES), encabezada por su rector, en reclamo de cambios en la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) y al reglamento de escalafón docente.
Reclamaron la inviolabilidad de la autonomía universitaria, vieja y hasta hace poco respetada conquista de la Alta Casa de Estudios, que es pasada por alto por el régimen correísta. Por su parte, el reglamento de escalafón docente establece que para ejercer una cátedra universitaria se deberá poseer un título de cuarto nivel, así como un límite de edad de los docentes.
La Universidad Central viene sufriendo una merma considerable de su cuerpo docente por renuncias o jubilación precipitada de sus miembros, al extremo que en algunas facultades peligran varias carreras. Los marchistas consideran que los cambios deben hacerse tomando en cuenta la realidad del sistema universitario ecuatoriano. Y preguntaron: “¿Cómo vamos a tener a 1.200 PhD en siete años?”.
Muchos consideran que el curso 2014 está en severo riesgo. Es evidente que la extrapolación de modelos educativos, sin tomar las debidas previsiones y afincados en la realidad nacional, está creando un muy serio problema al sistema de educación superior ecuatoriano, en particular en las universidades estatales. En este aspecto la invicta revolución ciudadana debería rectificar ante la fuerza de los hechos, pero “pedir peras al olmo” nunca ha dado resultado.
